Parafraseando aquella serie de los 90 comienzo esta entrada en el blog, mi familia sigue haciendo bromas con la serie de marras y eso que ni soy doctor ni me he ido a un sitio de temperaturas extremas tipo Finlandia, como algún otro colega dentista. El motivo del título no es otro que resaltar la dificultad del que trabaja como sanitario en un lugar que, por un motivo u otro no es en el que ha nacido, y por ello ha de enfrentarse a un choque, en el mejor de los casos solo cultural, otras tantas veces también ligüistico.
Porque cuando trabajas en sanidad, ya seas médico, odontólogo, enfermero o matrona lo más difícil de tu profesión probablemente sea lo mismo que te ha llevado a ella... la gente. El trato con personas no se enseña, tus dotes comunicativas se puede llegar a mejorar pero en el fondo,el carisma así como el ser buen comunicador, es algo innato. Además, estar en contacto continuo con la gente, especialmente en esos primeros años de carrera, tiene ese doble efecto de hacerte sentir plenamente realizado o por el contrario sentirte tan inútil que incluso dudes de tus capacidades como profesional. Si encima trabajas en un idioma que no es el tuyo, esa sensación (generalmente la segunda) se triplica. A veces es difícil poder comunicarse en el idioma propio, expresarse en una lengua que no es la tuya lo complica todo muchísimo más.
Wobbling, lisping, throbbing... palabras que se aprenden sobre la marcha y que cuando el paciente las dice por primera vez te dan ganas de salir corriendo a por un diccionario. Pero como no se puede tu te limitas a poner cara de tenerlo todo controlado (eso siempre, cara poker forever) y haces preguntas de todo tipo para encontrar algún sinónimo que te ayude un poco a poder descifrar lo que te están explicando. Eso sin comentar aquellas bromitas que te dicen a una velocidad que sería ya difícil de pillar aún en castellano y se te quedan mirando, esperando una risita cómplice. Yo ya me río, rezando de que no me hayan dicho "se murió mi perro ayer" (que también pasó en una ocasión, y doy gracias a que entonces no me reí) y sigo con mis preguntas.
Con esto quiero resaltar que la comunicación es esencial en nuestra profesión, y por supuesto el idioma es una dificultad añadida, especialmente cuando tampoco tienes muchos años de experiencia.
Ahora, también quiero dejar muy claro que en estos cuatro años de andadura por Reino Unido solo he tenido problemas de comunicación en contadas ocasiones y derivadas por una cuestión que es la que quiero tratar hoy aquí,
El otro día me topé con esto: "http//www.asmireunhanoites.com/2015/01/os-medicos-que-non-falaban-galego.html?showComment=1421765033639#c6827117924272027897".
En este post, para aquellos que no hablan gallego, se comenta lo importante que es para un médico el hablar el idioma del lugar donde se trabaja. Desde mi humilde opinión, el artículo en sí está tratado desde una postura demasiado política, dando a entender que debería ser obligado poder hablar gallego si se tiene pensado trabajar en Galicia. Además, para hacer esto más gráfico, en el encabezamiento podemos ver una viñeta de una mujer mayor, la típica "velliña da aldea" que pregunta que si se lo puede explicar al médico directamente o a la "intérprete". Muy bien pues a mi, por mis circunstancias personales, esa viñeta me revuelve los higadillos.
Quizá antes de nada tenga que comentar un poco mi "background". Desde que nací he vivido por todo el norte de España, literalmente. Bueno,no todo, todo, pero bastante. He vivido más de diez años en Galicia y cinco en Pais Vasco, además de ser Cántabra de nacimiento y haber pasado mi infancia Castilla y León. Cuando la gente me pregunta de dónde soy verdaderamente no sé que contestar. Aún así y a pesar de ser toda mi familia castellana yo llevo a Galicia en mi corazón. No puedo decir que sea gallega pero quiero aquella tierra y a su gente como si lo fuera. Y este post me duele. Me duele ya no solo por ese nacionalismo que considero absurdo y en el que no me voy a meter aquí, me duele porque esa palabrería absurda no es verdad y al verlo en gallego me duele más. Porque yo llegué a Galicia sin hablar gallego, ya adolescente, y lo aprendí. Pero hasta entonces entendía a la gente porque es un idioma que le pese al nacionalista que le pese, se entiende. ¿Obligatorio saber gallego para optar a una plaza en Galicia? Pues en mi opinión, no. es solo politiqueo absurdo para bloquear las plazas de MIR para los gallegos (véase catalanes y vascos) pero dejar que éstos puedan optar al resto de la península. Y entonces ¿que tiene que ver la "velliña da aldea" en todo esto? Pues nada señores, nada, porque seguramente ese es el tipo de paciente que seguro se hace entender.
Y que por qué me lo tomo así diréis. Pues por haber vivido yo una escena exacta hace unos meses en mi consulta. Había empezado a trabajar en la clínica en la que estoy ahora cuando me pasó. Una paciente la cual las propias recepcionistas me avisaron que había sido maleducada con ellas y que tenía bastante mal humor me hizo exactamente lo de la viñeta. Voy a puntualizar para recordar a todos aquellos gallegos nacionalistas a tope, regocijándose ahora en sus sillas, que vivo en Reino Unido y que el inglés, a diferencia del gallego, no tiene nada que ver con el español. Pues bien, aquella señora entró en mi consulta, me saludó con una desgana horrorosa y se sentó depués de observar que yo no era su dentista normal (que se ha jubilado) y que le había costado horrores subir las escaleras (el anterior dentista trabajaba en el piso de abajo). Después de la habitual exploración le comente a aquella señora que tenía una caries y también le expliqué los motivos de por qué y cómo evitar más, incluso se la enseñé con un espejo porque era plenamente visible. Ella sólo me miró de arriba a abajo y me dijo: "No es que me estés hablando con tecnicismos, es que no creo que ni siquiera estés hablando inglés." Se volvió a mi asistente y le dijo: " ¿No había ningún otro dentista en Inglaterra que tenéis que traerlos de otro país?". Tal cual. No es para vanagloriarme pero tengo un C2 en inglés y la gente normal de a pie, incluidos la grandísima mayoría de mis pacientes no pueden descifrar de qué país vengo, lo cual aunque parezca una tontería demuestra que mi inglés es bastante bueno, y no digo muy bueno porque hay que tomárselo con humildad. Lo que le pasaba a esa señora conmigo no era un problema de comunicación, era odio. Era dejarme en ridículo por el mero hecho de no ser inglesa. Aquella señora fue la primera, pero no ha sido la última. Yo o que hago es tragar saliva y repetirlo todo, las veces que haga falta, hasta que al final me entienden, vaya que si me entienden. Y esto, exactamente esto, reflejado en esa viñeta, estoy casi segura que una "velliña da aldea" no lo haría. Un nacionalista gallego, de esos cerrados, de los que han escrito en ese foro, esos si.
Soy odontólogo, e intento cada día ser mejor en lo que hago. Hago cursos, cuando no sé algo le pregunto a quien lo sepa e indago en mil y un libros y foros en los que pueda encontrar la solución. Aprendo cada día nuevas palabras para enfrentarme a descripciones con un argot que a veces ni siquiera está en el diccionario. Ahora, contra el odio, contra eso no puedo hacer nada. Sigo siendo española, y a mucha honra, y mis pacientes, la mayoría al menos, ingleses. Y yo estoy aquí para curarlos, como las enfermeras, los médicos, las matronas... estamos aquí por ellos, ese es nuestro trabajo. Y cuando alguien viene y me dice que uno es peor sanitario por no hablar el idioma del paciente me parece que es un arma de doble filo, en el que hay muchos factores envueltos. En mi primer año en Londres estuve trabajando en urgencias en una clínica privada y tenía muchos pacientes italianos. Yo no he estudiado italiano en mi vida pero jamás tuve problema para comunicarme con ellos o dar con el diagnóstico. Me llegaban con una cara hinchada por un flemón o con un problema de pericoronaritis (inflamación de los tejidos alrededor de la muela del juicio) y sencillamente desde aquella posición de " soy igual de extranjero que tu y esto me duele, ayúdame" nos entendíamos a la perfección.
Porque al final del día señores, a lo que estamos es a curar, ese es nuestro trabajo. En Galicia, Reino Unido o Alaska.Y a los que no lo entiendan que se apunten a una ONG, y vayan a un lugar donde no hablen su idioma, entonces emprenderán lo fácil que es entenderse con otro ser humano cuando lo único que se pretende es ayudar. De paso igual aprenden que los dientes, junto con el resto del cuerpo, también son iguales, ya seas español, inglés o de Alaska.